IBL News | New York
“Las técnicas de memorización no están enfocadas a que se aprenda de memoria algo, en el sentido de aprender algo de forma mecánica y pasiva, como un loro. Al revés, las técnicas ofrecen una manera para estudiar de forma creativa, para que el aprendizaje sea más emocional y más duradero”, sostiene Federica Trombetta, coach profesional certificada.
En una entrevista concedida a EDUCACIÓN 3.0, la especialista afirma que tales técnicas no apuntan al aprendizaje de memoria, “en el sentido de aprender algo de forma mecánica y pasiva, como un loro”.
De lo que se trata -asegura- es de transformar el estudio de una asignatura en un proceso más rápido, ameno y efectivo.
“Dicho de otra manera, incluso la memorización de una fecha histórica o de un número, que normalmente se basa en una mera repetición pasiva, puede despertar la curiosidad y encender la motivación, gracias al uso de imágenes, asociaciones y emociones”, dice.
Trombetta explica que los alcances actuales de la neurociencia muestran que el aprendizaje modifica las conexiones neuronales y la mente.
“En programación neurolingüística se trabaja mucho esto: cambiar los patrones automáticos mentales que no nos apoyan y crear nuevos, que nos ayuden a mejorar nuestro bienestar mental, físico y emocional”, señala.
De ello se desprende que ofrecer espacio a pensamientos potenciadores, “aprender a poner el foco en las soluciones en vez que en el problema, mantener la mente activa y alimentar la curiosidad, son todas acciones que están en nuestras manos para moldear nuestro cerebro y sentirnos mejor”.
En cuanto a la relación entre memoria y emociones, la experta refiere que los recientes avances en neuroeducación revelan “que el cerebro necesita emocionarse para aprender”.