IBL News | New York
“La IA (Inteligencia Artificial) es hoy en día una tecnología compleja desde el punto de vista más técnico y, por ese motivo, cuando hablamos de trasladarla al aula, debemos descenderla hasta el punto más práctico o empírico en el que tanto los profesores como estudiantes se sientan cómodos en su uso y resultado”, afirma Jorge Calvo, asesor y formador en tecnología educativa.
El especialista puntualiza -según publica EDUCACIÓN 3.0– que para la aplicación práctica de la Inteligencia Artificial en la enseñanza no es indispensable un gran conocimiento tecnológico más allá de los alcances básicos de las TICs.
“La inteligencia artificial es un recurso educativo más, no es una metodología de trabajo como tal. Por tanto, debe ir siempre unida a una actividad o método de trabajo diseñado por el profesor y unificarla con procesos lúdicos nos hace tener un abanico más amplio de herramientas”, dice.
A ese respecto, el director de proyectos educativos en European Valley sugiere que se utilice el reconocimiento facial en juegos de identidad o de retratos en la clase de arte, por ejemplo.
“El uso de reconocimientos de patrones en los dibujos o incluso la predicción de terremotos, nos permite crear nuevas gamificaciones con nuevas perspectivas que antes no se podían alcanzar”, indica.
El especialista opina que hay que hacer conocer la IA desde los cursos tempranos y avanzar en los siguientes, “pasando no solo por enseñar la IA, sino mostrar y hacer entender que es una gran herramienta para mejorar y trabajar en cualquier entorno de la vida cotidiana y laboral”.